Emergencia, Cirugía y Trauma - Tomo I

 

Authors
Vinueza Aguay, Galo Juvenal; Córdova Peñaloza, Opilio; Sunta Ruiz, Mario Leopoldo; Naranjo Perugachi, Jeaneth del Carmen; Chicaiza Tayupanta, Jesús Onorato
Format
Article
Status
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Description

Se trata de una respuesta inespecífica frente a las agresiones del medio, y está generada por los agentes inflamatorios. La inflamación (del latín inflammatio: encender, hacer fuego) es la forma de manifestarse de muchas enfermedades. La respuesta inflamatoria ocurre únicamente en tejidos conectivos vascularizados y surge con el fin defensivo de aislar y destruir al agente dañino, así como reparar el tejido u órgano dañado. Se considera por tanto un mecanismo estereotipado de inmunidad innata, en contraste con la reacción inmune adaptativa, específica para cada tipo de agente infeccioso. La inflamación es una reacción compleja ante agentes lesivos, tales como microbios y células dañadas habitualmente necróticas, que consta de respuestas vasculares, migración y activación de leucocitos, y reacciones sistémicas. La característica única del proceso inflamatorio es la reacción de vasos sanguíneos, que da lugar a la acumulación de líquido y leucocitos en los tejidos extravasculares, está estrechamente entrelazada con el proceso de reparación. La inflamación sirve para destruir, diluir, denudar el agente agresor, y pone en acción una serie de acontecimientos que tratan de curar y reconstituir el tejido dañado. Los aspectos básicos que se destacan en el proceso inflamatorio son: en primer lugar, la focalización de la respuesta que tiende a circunscribir la zona de lucha contra el agente agresor; en segundo lugar, la respuesta inflamatoria es inmediata y por tanto, preponderantemente inespecífica, aunque puede favorecer el desarrollo posterior de una respuesta específica; en tercer lugar, el foco inflamatorio atrae a las células inmunes de los tejidos cercanos. Las alteraciones vasculares van a permitir la llegada desde la sangre de moléculas inmunes. Clásicamente la inflamación se ha considerado caracterizada por los cuatros signos de Celso: Calor, Rubor, Tumor y Dolor. El calor y rubor se deben a las alteraciones vasculares que determinan una acumulación sanguínea en el foco. El tumor se produce por el edema y acumulo de células inmunes, mientras que el dolor es producido por la actuación de determinados mediadores sobre las terminaciones nerviosas del dolor.

Publication Year
2018
Language
spa
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Libros publicados - Consejo Editorial UTA
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