Los poemas inefables
Este gajo de flores humildes, Nacidas en el erial de mi alma; Este haz de luces, Que Dios encendió en mi corazón, Lo coloco reverente a los pies de la adorada viejecita, Quien, al darme la vida. Puso en mí elevados pensamientos y dulces enseñanzas. La madre es la más alta culminación del amor humano...
Guardado en:
Autor principal: | |
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Formato: | book |
Lenguaje: | esp |
Publicado: |
1938
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Materias: | |
Acceso en línea: | http://repositorio.casadelacultura.gob.ec/handle/34000/226 |
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