Los poemas inefables
Este gajo de flores humildes, Nacidas en el erial de mi alma; Este haz de luces, Que Dios encendió en mi corazón, Lo coloco reverente a los pies de la adorada viejecita, Quien, al darme la vida. Puso en mí elevados pensamientos y dulces enseñanzas. La madre es la más alta culminación del amor humano...
Đã lưu trong:
Tác giả chính: | |
---|---|
Định dạng: | other |
Ngôn ngữ: | esp |
Được phát hành: |
1938
|
Những chủ đề: | |
Truy cập trực tuyến: | http://repositorio.casadelacultura.gob.ec/handle/34000/19279 |
Các nhãn: |
Thêm thẻ
Không có thẻ, Là người đầu tiên thẻ bản ghi này!
|
Tóm tắt: | Este gajo de flores humildes, Nacidas en el erial de mi alma; Este haz de luces, Que Dios encendió en mi corazón, Lo coloco reverente a los pies de la adorada viejecita, Quien, al darme la vida. Puso en mí elevados pensamientos y dulces enseñanzas. La madre es la más alta culminación del amor humano. Ella, en la vida, es el mejor camino para llegar al bien. La única fuente de pureza donde podemos abrevar nuestros dolores y esperanzas. Sólo sus enseñanzas, sólo su sacrificio pueden librar al mundo de los males de las guerras. Confiemos los hombres, en su misión providencial sobre la Tierra! Madre: Para tí hizo Dios el trino de las aves. El susurro melodioso de la brisa. El parloteo inexpresable de los arroyuelos. Para tí, madre, para llenar tu voz, de todas las bondades de la creación. Para tí, los amaneceres se tiñeron de luces inefables. El cielo azul y alto, en plenitud de sol. La alada armonía de todas las músicas. El corazón apasionado y suspirante, goloso de sentirte. |
---|