Tratamiento quirúrgico para Parkinson: actualización bibliográfica.

Introducción: La enfermedad de Parkinson es crónica y se caracteriza por la pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas, produciendo síntomas motores incapacitantes. En estadios iniciales se emplean fármacos, pero ante respuesta insuficiente o en fases avanzadas se consideran intervenciones quirúr...

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מידע ביבליוגרפי
מחבר ראשי: Herrera Brito, José Armando (author)
פורמט: article
שפה:spa
יצא לאור: 2025
נושאים:
גישה מקוונת:https://dspace.ucacue.edu.ec/handle/ucacue/20133
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סיכום:Introducción: La enfermedad de Parkinson es crónica y se caracteriza por la pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas, produciendo síntomas motores incapacitantes. En estadios iniciales se emplean fármacos, pero ante respuesta insuficiente o en fases avanzadas se consideran intervenciones quirúrgicas como la estimulación cerebral profunda (ECP), la talamotomía y la palidotomía. Objetivo: Conocer las técnicas quirúrgicas actuales utilizadas en el tratamiento del Parkinson. Metodología: Revisión sistemática siguiendo PRISMA 2020, con información de los últimos 5 años y de las bases de datos: PubMed, Scopus, Springer. Resultados: El 80% de los estudios incluidos se centró en Estimulación Cerebral Profunda. La Estimulación cerebral Profunda produjo mejoras motoras sostenidas en 75–80% de los pacientes a largo plazo. La palidotomía y la talamotomía mejoraron los síntomas motores en 65% de los casos. Estos procedimientos ablativos son irreversibles y conllevan riesgos (hemorragias, infecciones). Además, se observaron beneficios en síntomas no motores en alrededor del 70% de los pacientes tratados con Estimulación Cerebral Profunda. Conclusiones: La ECP es la técnica quirúrgica de elección en Parkinson avanzado debido a su alta eficacia (80% de mejoría motora) y carácter ajustable. La palidotomía y la talamotomía son opciones para casos seleccionados, aportando mejoras significativas (65%) pero con riesgo irreversible. En conjunto, estos procedimientos quirúrgicos mejoran el control sintomático a largo plazo y reducen la necesidad de medicación. La selección de la técnica debe individualizarse según criterios clínicos.