La inserción del adulto mayor en la legislación Ecuatoriana

Los últimos años del siglo XX y el siglo XXI se ha caracterizado, en la perspectiva de las declaraciones y reconocimientos del Derechos Humanos, por la consagración de los derechos de los colectivos o grupos, derivando de las grandes garantías matrices, algunas de las cuales pueden llegar a consider...

Descrición completa

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Detalles Bibliográficos
Autor Principal: Morillo Cárdenas, Carmita Lucitania (author)
Formato: bachelorThesis
Idioma:spa
Publicado: 2016
Subjects:
Acceso en liña:http://dspace.uniandes.edu.ec/handle/123456789/3493
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Descripción
Summary:Los últimos años del siglo XX y el siglo XXI se ha caracterizado, en la perspectiva de las declaraciones y reconocimientos del Derechos Humanos, por la consagración de los derechos de los colectivos o grupos, derivando de las grandes garantías matrices, algunas de las cuales pueden llegar a considerarse más bien grandes principios constitucionales, como es el caso de la igualdad, del derecho a la vida, de la dignidad humana, facultades y prerrogativas grupales, específicamente concebidas para superar las discriminaciones históricas, para asegurar un trato equitativo y para permitir que la justiciabilidad de los Derechos Humanos sea una realidad evidente para los sectores más desprotegidos, o que han quedado por debajo de la línea de la autodefensa de sus intereses jurídicos. La cuestión de los derechos de las personas de la llamada “tercera edad” sin duda pertenece al ámbito de reflexión de los llamados derechos humanos, si bien a través de toda la historia del hombre se ha encontrado omnipresente la dificultad propia del tratamiento práctico de los sujetos que van debilitándose, volviéndose improductivos y quedando bajo la tutela o la preocupación de otros. Ciertamente, desde épocas pasadas las personas adultas mayores fueron consideradas insipientes para la tarea laboral, por lo que se les separaba de sus trabajos bajo relación de dependencia, girando el sustento de muchos de ellos alrededor de actividades laborales independientes, como la agricultura o el comercio; realidad que se acentuó y se hizo más evidente desde la primera revolución industrial, época donde se consideró que una persona mayor a cuarenta años no era provechosa para la empresa. Sin embargo, en muchos imperios del mundo el tratamiento hacia ellos se caracterizó por el respeto, dándose en muchos casos tarea de dirección.