Política de antibióticos para el tratamiento de las infecciones del tracto urinario en el área de medicina interna del Hospital Vicente Corral Moscoso

En la década de 1920, el bacteriólogo británico Alexander Fleming, descubrió de manera fortuita la penicilina, la cual presentó una intensa actividad antimicrobiana, principalmente frente a las bacterias no patógenas. Este descubrimiento permitió posteriormente a científicos como Howard Florey y Ern...

Cijeli opis

Spremljeno u:
Bibliografski detalji
Glavni autor: Coronel González, Patricia Jassmín (author)
Format: masterThesis
Jezik:spa
Izdano: 2018
Teme:
Online pristup:http://dspace.uniandes.edu.ec/handle/123456789/8927
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Opis
Sažetak:En la década de 1920, el bacteriólogo británico Alexander Fleming, descubrió de manera fortuita la penicilina, la cual presentó una intensa actividad antimicrobiana, principalmente frente a las bacterias no patógenas. Este descubrimiento permitió posteriormente a científicos como Howard Florey y Ernst Chain en 1940 desarrollar nuevos compuestos antibacterianos. Ellos probaron la penicilina por primera vez en humanos la cual permitió demostrar su eficacia en enfermedades como la gonorrea, ciertas meningitis y septicemias. Fue la “era dorada” para estos antibióticos y se creyó que la batalla contra las enfermedades infecciosas ya estaba ganada (1). Fue así que, durante las décadas siguientes al descubrimiento de la penicilina, el ritmo en el descubrimiento y desarrollo de nuevas familias de antibióticos fue muy rápido, pero este ritmo se ha detenido, y en las últimas décadas muy pocas moléculas con actividades nuevas, o nuevas familias de antibióticos se han incorporado al arsenal terapéutico. Esto supone un importante problema, sobre todo teniendo en cuenta el incremento alarmante en la resistencia a estos fármacos, que dificulta enormemente el tratamiento de muchas infecciones bacterianas (2). Recientemente se ha señalado que la resistencia podría llegar a constituir una amenaza para la estabilidad mundial y la seguridad de los países. La causa principal de la resistencia es el uso irracional de los antibióticos. Paradójicamente, la presión selectiva surge de la combinación del uso excesivo que se observa en muchas partes del mundo, especialmente en los casos de infecciones sin importancia, del uso incorrecto por falta de acceso a tratamiento apropiado y de la subutilización debido a la falta de recursos financieros para completar los tratamientos. La resistencia bacteriana pone en juego los medios de subsistencia, la vida humana y costo en dinero, por lo tanto, la mejora en el uso de los antibióticos es un punto clave en su lucha (3).