Curadurías especiales para segundas nupcias en acta notarial

La curaduría es un franco derivado de la complejidad del ámbito artístico contemporáneo. Los primeros curadores en el sentido actual del término parecen haber sido los que, al contrario de ciertos críticos, dejaron de preguntarse si algo era arte para entender una obra desde la complejidad de sus re...

全面介紹

Saved in:
書目詳細資料
主要作者: Barriga Fiallos, Renato José (author)
格式: masterThesis
語言:spa
出版: 2014
主題:
在線閱讀:http://dspace.uniandes.edu.ec/handle/123456789/3191
標簽: 添加標簽
沒有標簽, 成為第一個標記此記錄!
實物特徵
總結:La curaduría es un franco derivado de la complejidad del ámbito artístico contemporáneo. Los primeros curadores en el sentido actual del término parecen haber sido los que, al contrario de ciertos críticos, dejaron de preguntarse si algo era arte para entender una obra desde la complejidad de sus relaciones, desde el sentido de su producción y hacia el acervo alegórico que cada una construía con obras contiguas y coetáneas. El curador no fue un nuevo actor de la escena artística, fue una nueva función que iba a contracorriente de la excesiva especialización y la división del trabajo. Se convirtió en un intermediario más por necesidad que por afición, un entusiasta semi-profesional que iba atando cabos sueltos, que marcaba itinerarios para ires y venires, que iba urdiendo poco a poco una producción simbólica a partir de fragmentos y retazos. El gran arte clásico y sus derivaciones modernistas no necesitaron de curadores porque se planteaba desde la autonomía y la autosuficiencia. El arte contemporáneo, dispuesto desde las estructuras socio-económicas del mundo actual, se acerca a la mundanidad de experiencias particulares, minúsculas, dispersas. Es el representante para los actos de la vida civil de una persona declarada incapaz en razón de un déficit de sus facultades mentales. Entendido como una función dinámica, el término “curador” es más un adjetivo que la nominación de una profesión. Hay artistas curadores, gestores curadores, entusiastas curadores, devotos curadores y hasta fanáticos curadores. Quizá estos últimos son quienes asumen la función bajo un esquema productivista que no tarda en caer en la neurósis y se ungen como legisladores del ámbito artístico. Es en esta actitud facilitada por un medio pre-dispuesto a los excesos individuales, más que en una práctica real, donde se despliega el curador como un ser de excepción, un demiurgo como anota.