Síndrome de burnout en el personal médico de un hospital de la provincia de Tungurahua

El síndrome de agotamiento emocional fue en primera instancia descrito por Herbert Freudenberger (1973) para referirse a una serie de signos y síntomas procedentes a la exposición del estrés crónico en un grupo de médicos psiquiatras de una clínica de desintoxicación. Como resultado de la observació...

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Uloženo v:
Podrobná bibliografie
Hlavní autor: Viteri Llerena, María Fernanda (author)
Médium: masterThesis
Jazyk:spa
Vydáno: 2023
Témata:
On-line přístup:https://dspace.uniandes.edu.ec/handle/123456789/18104
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Shrnutí:El síndrome de agotamiento emocional fue en primera instancia descrito por Herbert Freudenberger (1973) para referirse a una serie de signos y síntomas procedentes a la exposición del estrés crónico en un grupo de médicos psiquiatras de una clínica de desintoxicación. Como resultado de la observación de más de un año en esta casa de salud, se pudo evidenciar que los médicos atendían pacientes renuentes a tratamiento, con graves discapacidades que fueron deteriorando el equilibrio de la relación médico paciente.1 Por un lado, las altas demandas de los familiares de las personas internas en la clínica en términos de asistencia de calidad, profesionalidad y solvencia, hacían de la labor médica un trabajo de alto estrés y angustia. Por otro lado, los fuertes padecimientos de las afectaciones mentales ocasionaban un exceso de tensión y presión en la práctica psiquiatra que terminaba en fatiga, agotamiento y ansiedad. Era muy común que los galenos sufrieran de ataques violentos por parte de los pacientes y tan solo el 15% de ellos mostraban mejoría ante el tratamiento resultando estériles los esfuerzos curativos en general.2 Estas circunstancias sumadas a las precarias condiciones físicas de la clínica suscitaban que el nuevo personal contratado se desmotivase al término de seis meses en funciones. Freudenberger advierte que los trabajadores no estaban preparados para atender a este tipo de pacientes, y que esta era la razón de la desmejoría en la esfera motivacional, psicológica y conductual de los médicos tratantes. Además, el autor notó un distanciamiento con los pacientes. Lo que al principio era un especial cuidado, atención y dedicación se convirtió en rechazo, desdén y desprecio por el bienestar de las personas internas en la clínica, para las cuales, inclusive se manifestaban sentimientos de hipocresía y cinismo.3 Por otro lado, la percepción general de los galenos más antiguos era de sentir debilidad, desgana, fatiga. Los sentimientos expresados en el marco laboral social se presentaban en términos de miedo, aversión, culpa, desilusión, ira, enojo y tristeza. Inclusive estas sensaciones impedían el buen desempeño laboral y la interacción con el resto de personas (hasta fuera del trabajo). Finalmente, Freudenberger advirtió en sus compañeros apreciaciones de infravaloración. El no poder atender sus obligaciones en relación a sus presunciones de eficacia, afectaban su amor propio, su pundonor, dignidad y orgullo.