Programa educativo farmacoterapéutico a pacientes con tratamiento de warfarina sódica, en consulta externa del hospital Dr. Gustavo Dominguez, Santo Domingo - Ecuador

Los antagonistas de la vitamina K son fármacos muy utilizados en pacientes que demandan tratamiento anticoagulante oral (TAO) por su utilidad pero también es uno de los tratamientos más analizados hoy en día (González, 2015), por una parte, debido a sus características farmacológicas que conllevan u...

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書目詳細資料
主要作者: Donoso Tobar, Wendy Elizabeth (author)
格式: masterThesis
語言:spa
出版: 2019
主題:
在線閱讀:http://dspace.uniandes.edu.ec/handle/123456789/9525
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實物特徵
總結:Los antagonistas de la vitamina K son fármacos muy utilizados en pacientes que demandan tratamiento anticoagulante oral (TAO) por su utilidad pero también es uno de los tratamientos más analizados hoy en día (González, 2015), por una parte, debido a sus características farmacológicas que conllevan un manejo cuidadoso e individualizado del paciente y por otro lado, por el desarrollo en los últimos años de nuevos anticoagulantes orales (Van de Werf, 2012). La warfarina sódica antagonistas de la vitamina K que se utiliza en situaciones que contemplan un riesgo elevado de trombosis o embolia, ya sea como prevención primaria, o como prevención secundaria, en aquellos casos en que estos trastornos de la coagulación ya se han producido (Ene, 2014). El número de pacientes con tratamiento anticoagulante oral (TAO) ha crecido notablemente en los últimos años (Domínguez, 2012; Ruiz, 2014). Según la Organización Mundial para la Salud (OMS), la cifra de pacientes que demandan tratamiento anticoagulante aumenta cada año, debido fundamentalmente al envejecimiento de la población, esto conlleva a un mayor número de personas con indicaciones de anticoagulación (Ene, 2014). También es importante el número de pacientes en profilaxis secundaria a tromboembolismo venoso o con prótesis valvulares cardiacas: biológicas o mecánicas con TAO (Giner, 2016). En esencia, el TAO con warfarina sódica pretende obstaculizar de manera controlada el proceso normal de coagulación, lo que exige el mantenimiento de unos niveles de anticoagulación que 2 no sean muy elevados que impliquen un riesgo de hemorragia para el paciente, ni que sean tan bajos como para no aportar apenas un beneficio profiláctico. Es decir, que el tratamiento con este AO requiere de un estricto control clínico del paciente que permita mantener las concentraciones plasmáticas de warfarina en cantidades óptimas para el paciente en cuestión, lo cual se consigue con el monitoreo oportuno (García, 2013; Sandoval, 2015).