Caracterización clínica y epidemiológica de pacientes con diagnóstico de escabiosis en el Centro de Salud de Quisapincha período 2014 a 2016

Sarcoptes es un vocablo griego (sarx, carne; copto, cortar), mientras que escabiosis deriva del latín scabere, que significa rascar. Según Galvañ en su artículo de la Revista Piel (2004), probablemente, la sarna ha sido una enfermedad conocida por la humanidad desde el principio de su historia, inte...

Бүрэн тодорхойлолт

-д хадгалсан:
Номзүйн дэлгэрэнгүй
Үндсэн зохиолч: Santamaría Acosta, Danilo Paul (author)
Формат: bachelorThesis
Хэл сонгох:spa
Хэвлэсэн: 2018
Нөхцлүүд:
Онлайн хандалт:http://dspace.uniandes.edu.ec/handle/123456789/7895
Шошгууд: Шошго нэмэх
Шошго байхгүй, Энэхүү баримтыг шошголох эхний хүн болох!
Тодорхойлолт
Тойм:Sarcoptes es un vocablo griego (sarx, carne; copto, cortar), mientras que escabiosis deriva del latín scabere, que significa rascar. Según Galvañ en su artículo de la Revista Piel (2004), probablemente, la sarna ha sido una enfermedad conocida por la humanidad desde el principio de su historia, interpretándose Inicialmente la enfermedad, como la consecuencia de «algún pecado» cometido por el paciente. Con el advenimiento de la medicina griega y de su más emblemático representante, Hipócrates, pasó a ser considerada como consecuencia de “un desequilibrio humoral”. Hipócrates de Cos (siglo v a. C) desconocía la existencia del ácaro y tampoco se hace referencia al mismo en el Corpus Hippocraticum, supuesta recopilación de sus conocimientos. Aristóteles (384-322 a. C) fue el primero en usar el término “akari” para designar al ácaro de la madera. Los médicos romanos, entre ellos Galeno de Pérgamo (133-200 d.C), mantuvieron teorías similares a las anteriores, atribuyendo el origen de la enfermedad a una “corrupción de la sangre”. Por el contrario, en la medicina oriental, y concretamente en la china de la época Han (206 a. C-220 d. C), puede encontrarse la primera referencia de la existencia de un ácaro en los pacientes con sarna. Los médicos chinos distinguían tres tipos de escabiosis: la húmeda, la costrosa y la que contenía larvas. A pesar de lo anterior, se creía que el ácaro era una consecuencia de la enfermedad más que su causa. (Díaz y Vidaurrázaga, 2003). También se encuentran referencias al ácaro en la bibliografía médica arábica, destacándose las figuras de Ali ibn Sahl Rabban at-Tabart (850 d. C) y, sobre todo, la de Avenzoar, ibn Ahil-Ala Zuhr (1070-1162). Este último autor llama al ácaro “soba”. Sin embargo, también en esta época se atribuía el origen del ácaro a la enfermedad, “djareb”, y no al contrario. Paralelamente a Avenzoar, en el «Mundo cristiano» desarrolla la vida de una mujer excepcional, santa Hildegarda von Bringen (1098-1179), la cual era de origen germánico y fue, probablemente, la primera mujer que escribió acerca de las dermatosis y de sus tratamientos. De su obra se desprende que sí conocía la existencia del ácaro, que ella denominaba “anebelza” (Díaz & Vidaurrázaga, 2003). A pesar de todo, seguía sin considerarse la escabiosis como una enfermedad parasitaria. Un dato que atestiguaría dicha afirmación podría ser la ausencia de alguna mención al ácaro en un libro “clave” en la historia de la dermatología como es “De morbis cutaneis et ómnibus corporis”.