Nocturno a mi madre
¡Oh! juventud, marchita flor del alma, Que perfumas, aun muerta, mi memoria! Tú que a mi frente, como a erguida palma, Sueños trajiste de ventura y gloria; ¿Do tu ilusión está que aduerme y calma. Y nos oculta la tercera escoria? Dorada por tus pristinos fulgores, es la existencia manantial de amore...
Gardado en:
Autor Principal: | |
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Formato: | book |
Idioma: | esp |
Publicado: |
1909
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Subjects: | |
Acceso en liña: | http://repositorio.casadelacultura.gob.ec/handle/34000/314 |
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